BOTERO. Sculptures (Inglés)

El trabajo escultórico de Fernando Botero no es reciente, como tal vez podría pensarse. Surge en los años setenta como una ampliación, como una consecuencia directa del rotundo sentido del volumen dado a sus figuras, que por aquellos años ya era la característica inconfundible de su estilo.

Esos personajes y atmósferas de sus pinturas, como las tempranas esculturas de pequeño formato, fueron creando un formidable universo particular, un universo “boteriano”, que, como se nos dice en alguna parte de este libro, constituye un mundo utópico, pero no en el sentido de ideal, sino de lugar aparte en donde lo posible y lo real se transforman en personajes excesivos, en escenas insólitas, en paisajes fantásticos.

Esta mezcla, en la que lo real figurativo se encuentra con lo fantástico, visible y palpable, es lo que le confiere a la obra de Botero ese encanto peculiar, esa belleza alusiva del gesto, ese sentido del humor tan entrañable que de pronto surge en su escultura con ímpetu desconocido.

Ya en un libro de 1986, con el despliegue merecido, se había dado a conocer su trabajo de formato pequeño en tres dimensiones. Posteriormente, con la consagración de Botero como escultor tras su exposición de 1992 en París, el mundo pudo conocer una producción mas amplia, de carácter monumental, que en su itinerante periplo por las principales ciudades del mundo –París, Nueva York, Chicago, Buenos Aires, Madrid, Montecarlo, Washington, Santiago, Lugano, Lisboa, São Pablo, Frankfurt– le ha granjeado al artista el reconocimiento universal como el escultor de final de siglo, sin lugar a dudas.

Este libro recoge en sus páginas la larga y fecunda carrera escultórica de Fernando Botero, desde los trabajos en pequeño y mediano formato, que reposan en colecciones privadas y en importantes museos del mundo, hasta el magistral testimonio que ofrecen sus monumentales exposiciones itinerantes, y se convierte en documento invaluable para la memoria colectiva y en una experiencia estética singular para los lectores al recorrer cada una de sus páginas.

Fernando Botero, el pintor colombiano reconocido en el mundo entero como uno de los grandes artistas surgidos en la segunda mitad del siglo XX, nace en Medellín el 19 de abril de 1932. A los 16 años expone por primera vez sus pinturas al público y a los 19 se traslada a Bogotá. En 1952 viaja a Madrid, España, donde se matricula en la Academia de San Fernando y trabaja intensamente en el Museo del Prado. Al año siguiente se dedica a viajar por Italia y a estudiar en Florencia las obras del Renacimiento. En 1955 Botero regresa a Bogotá, donde permanece por cinco años. Se instala luego en Nueva York hasta 1973, cuando se radica en París y comienza a trabajar en escultura. En 1983 establece su residencia y su estudio en Pietrasanta, en la Toscana, Italia.

Tanto la obra pictórica como escultórica de Botero, en particular sus obras monumentales, han dado la vuelta al mundo, despertando la admiración y el entusiasmo de quienes entran en contacto con ellas.

En la actualidad Botero reparte su actividad y su trabajo entre París, Nueva York y Pietrasanta.

Jean-Clarence Lambert, tiene desde los años 50 un papel de primer orden en la vida artística internacional como crítico, teórico y organizador de exposiciones. Publicó numerosos libros, traducidos en varios idiomas, y su obra poética está ilustrada por los artistas contemporáneos más famosos. ARTCURIAL, en París, y el Museo COBRA de Amsteveen-Amsterdam le dedicaron varias exposiciones retrospectivas.

Publicaciones recientes: Cobra, un art libre; Le règne imaginal; Le jardin le labyrinthe; Constant, New Babylon; Trillali-Trillala; L’anti-légende du siècle.