Gabriel García Márquez - A Country for Children (Inglés)

Gabriel García Márquez hace una lectura de la historia de Colombia y levanta la cartografía de su pasado, desde los años de la conquista hasta la tumultuosa formación de nuestra actual identidad, revelando en ella las claves de nuestro devenir.

Si al término de este libro Gabriel García Márquez evoca el final de la geología de Macondo, lo hace para prolongar desde allí, elípticamente, si se quiere, en el lenguaje figurado de la metáforas, la amplitud de una idea en que se cifra la invocación de la “segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía”. Con ello nos enfrenta al desafío de construir, con las herramientas del conocimiento y el saber, las nuevas posibilidades para recomenzar un modo de vida, más armonioso y, sobre todo, más feliz.

García Márquez sugiere un rumbo en el contexto en el que se desarrolla nuestra vida; compone una verdadera carta de navegación para el porvenir de Colombia en la que invoca el poder derivado del cultivo del espíritu y la inteligencia resultado de la educación. Al hacerlo afirma el formidable potencial humano presente en nuestra sociedad.

Escrito con el empuje extraordinario de su imaginación creadora, pero también las exigencias categóricas que impone la verdad histórica, este texto de verdad histórica concebido para prologar los estudios de la llamada comisión de sabios y titulado por su autor “Por un país al alcance de los niños”. Es claro sin embargo, que la obra ha superado los límites originales y hoy bien puede hacer parte de las páginas más lúcidas y hermosas de su producción literaria.

En este texto García Márquez ha logrado el milagro de dar unidad y coherencia a lo que por naturaleza es diverso y heterogéneo. Su prosa ha remontado el espacio entre lo descriptivo y lo poético para que allí la idea —acaso la idea platónica— exprese y represente unos valores y tendencias, unos modos de ser, de existir y convivir que, al tiempo que nos definan y expliquen, nos rediman —esa es la palabra justa— de la pobre y deteriorada imagen con que tantas veces se divulga el nombre de Colombia.

Las imágenes que ilustran cada párrafo enriquecen el interés que suscita la obra. Ellas son el reflejo posible —uno entre muchos— que deja entrever el contexto al que la escritura alude, permitiendo al lector realizar una lectura pausada y reflexiva —como si de un libro de horas se tratara— que desemboca en el hallazgo de la obra maestra que este texto supone.