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Colombia es color

 Villegas Editores: Colombia es color

Texto: Juan David Giraldo - Carolina Jaramillo

Fotos: Dpto. Arte Villegas Editores

 

La primera edición del libro Colombia es Color fue publicada en el año 2008 por Villegas Editores, en él encontraremos una dedicatoria más al amor que sentimos por Colombia, haciendo un recorrido por las diferentes regiones del país y dando a conocer sus paisajes, sus frutos, sus artefactos y su gente.

A continuación, un extracto de su introducción: 

“Es abrumadora la diversidad de colores cuando se observa el deslumbrante paisaje colombiano. En los 32 departamentos, en las poderosas cordilleras Occidental, Central y Oriental, en los océanos Atlántico y Pacífico, la inmensa muestra cromática se presenta con la contundencia si lo cromático, desde luego, fuera lo representativo de una gran obra de arte. De todos los colores, está claro que el color verde es el más sobresaliente. Curiosamente, este color no se encuentra en la bandera nacional, el símbolo por excelencia en el cual resalta lo cromático con mayor viveza y cuyo origen se remonta al 12 de marzo de 1806. Aquel día lejano e inaugural, durante la invasión a la población venezolana de Coro, a bordo del velero o bergantín Leandro, el precursor Francisco de Miranda ondeó por primera vez, con serena distinción, el tricolor amarillo, azul y rojo.”

“Acerca del significado de los colores nacionales, hay muchas versiones que no han sucumbido ante el olvido. Empezando por las encendidas palabras (palabras coloridas, dijéramos) que Francisco Antonio Zea pronunció en el Congreso de Angostura en 1819: "Nuestro pabellón nacional, símbolo de las libertades públicas, de la América redimida, debe tener tres franjas de distintos colores: sea la primera amarilla, para significar a los pueblos que queremos y amamos la federación; la segunda azul, color de los mares, para demostrar a los déspotas de España, que nos separa de su yugo ominoso la inmensidad del océano, y la tercera roja, con el fin de hacerles entender a los tiranos que antes de aceptar la esclavitud que nos han impuesto por tres siglos, queremos ahogarlos en nuestra propia sangre, jurándoles guerra a muerte en nombre de la humanidad".

“Otras versiones menos acaloradas señalan que los colores amarillo y rojo fueron tomados de la bandera española; el azul, por cierto, se introdujo para significar la distancia con la madre patria. Pero hay otras versiones; hay incluso una que refiere -realmente parece una murmuración de alcoba- que Miranda tomó esos tres colores como un gesto de gratitud hacia la emperatriz Catalina de Rusia, su amiga: el amarillo (sus cabellos), el azul (sus ojos) y el rojo (sus labios).”

“En cuanto a la versión oficial, que es la que circula por el imaginario colectivo, el significado vendría siendo el siguiente: el amarillo representa la soberanía, la armonía, la justicia, la abundancia y la riqueza del suelo; el azul simboliza el mar, los dos océanos sobre los que Colombia tiene costas; y el rojo representa la sangre, la vida, el amor, el poder, la fuerza y el progreso.”

“A lo mejor hay, en esa última versión, una palabra clave. Esa palabra es la palabra riqueza. Esa quizá sea la que mejor define las cualidades cromáticas del cautivador paisaje colombiano. Por eso no resulta tan odioso compararla -si lo cromático, recalquemos, fuera lo representativo con una obra de arte. Con un gran fresco, pensemos. Con un gran fresco donde converjan varios elementos: las distintas regiones naturales, las muchas atracciones turísticas, los demasiados ritmos musicales y la gastronomía distintiva de cada lugar. Y los colores, por supuesto, que ya han aparecido en el recorrido previo a la elaboración de la obra. El recorrido, al menos en esta ocasión, empieza en la región Caribe. Situada al norte de los Andes, esta llanura vigorosa termina en la Sierra Nevada de Santa Marta y es la cadena montañosa más grande y sobrecogedora de Colombia.”

“Cuenta con la belleza descomunal de los picos Cristóbal Colón y Simón Bolívar, dos verdaderos emblemas de las alturas y del blanco puro que reposa en sus cumbres.

La región Caribe se encuentra marcada por el asombroso delta del Magdalena y posee un significativo litoral -el más alto del mundo- que se extiende desde el golfo de Urabá hasta el golfo de Venezuela. Primordialmente plana, la región se caracteriza por su variedad ecológica: en su ecosistema se puede apreciar la vistosa selva de la región del golfo de Urabá o el imponente bosque seco de La Guajira. Este departamento está dividido a su vez en alta, media y baja Guajira. Decididamente desértico, el territorio está bañado por los ríos Ranchería, Carraipía, Palomino y Jerez.”

“Con temperaturas entre 27 y 30 °C, La Guajira tiene una población compuesta por mestizos, blancos, indígenas y afrocolombianos. Entre sus atracciones turísticas más renombradas están el Santuario de Fauna y Flora Los Flamencos -con el atractivo natural de las ciénagas de Manzanillo, Laguna Grande o Tocoromana, y con el atractivo plumaje rosado de los flamencos; el Parque Nacional Natural Serranía de La Macuira -con un ecosistema, en absoluto desértico, donde confluyen las montañas y los bosques y los nacimientos de agua para gracia de los tigrillos y micos y venados y guacharacas y azulejos que pueblan la zona; y el cabo de la Vela -con sitios tan llamativos como el Faro y el cerro PiIón de Azúcar, este último con un especial significado mitológico para los wayuu, pues ellos creen que al morir sus almas pasan por ese sitio, donde las extensas playas doradas están enmarcadas en el azul profundo del mar.”

Mar colombia - Colombia es color

“En el recorrido por la región Caribe hay otras atracciones: los famosos corales de las islas del Rosario, la insigne Ciénaga Grande de Santa Marta, el universalmente turístico Parque Nacional Natural Tayrona o el bello Santuario de Fauna y Flora Los Colorados. Y la música, la música que no puede faltar, la música con las gaitas y los tambores y las maracas de la cumbia o el porro. En los bailes anuales, las mujeres visten faldas o polleras, llevan candongas, un pañuelo en la cabeza y un fuerte maquillaje que nunca pasa desapercibido; los hombres, por su parte, visten de blanco celestial, con el pantalón arremangado y el famoso sombrero vueltiao.”

“En los necesarios terrenos de la gastronomía, la comida típica es el sancocho de sábalo o bocachico, en trozos gruesos, con dos cabezas de pescado grande, yuca, plátano verde, plátano amarillo, leche de coco, limón, guiso, tomillo molido, sal y pimienta, todo el colorido puesto sobre la mesa. Y así, de la región Caribe a la región Andina. Si bien hacia el sur, los Andes conforman una cordillera con vertiginosos picos volcánicos, hacia el norte, en los nudos de Pasto y Almaguer, se dividen en tres cordilleras: Occidental, Central y Oriental. La cordillera Central está separada de la Occidental por una falla geológica entre el río Patía -el más largo del litoral pacífico colombiano y de Suramérica y el río Cauca, que nace en el esplendoroso páramo de Sotará, en el Macizo Colombiano, un área estratégica tanto en el ámbito nacional como internacional en virtud de la producción de agua; por esa razón es conocido con el nombre de "estrella hídrica".

Fuente hídrica  “La cordillera Oriental, por su parte, se separa paulatinamente hacia el este, creando la cuenca del río Magdalena, sin duda la ruta fluvial más importante de Colombia. Gran reserva de hidrocarburos, con una posición significativa en la época precolombina, la Conquista y las luchas independentistas, el río Magdalena ha sido motivo de canciones y leyendas y conflictos armados. Acaso la descripción más memorable de su temperamento torrencial aparezca en la novela El general en su laberinto de Gabriel García Márquez: "El calor se volvía intolerable durante el día y el alboroto de los micos y los pájaros llegaba a ser enloquecedor, pero las noches eran sigilosas y frescas. Los caimanes permanecían inmóviles durante horas en los playones, con las fauces abiertas para cazar mariposas. Junto a los caseríos desiertos se veían las sementeras de maíz con perros en hueso vivo que ladraban al paso de las embarcaciones, y aun en despoblado había trampas para cazar tapires y redes de pescar secándose al sol, pero no se veía un ser humano".

“Finalmente, la cordillera Oriental se extiende hacia el noroeste y alcanza su mayor altitud en Boyacá, formando la Sierra Nevada del Cocuy antes de entrar al territorio venezolano, donde adquiere el nombre de cordillera de Mérida. Con una gran diversidad climática, la región Andina no cuenta con un grupo de pobladores predominante: paisas, santandereanos, opitas, vallunos, pastusos y cundiboyacenses comparten un territorio marcado por el fragor de la historia. En el altiplano cundiboyacense están la laguna de Guatavita con el oro de la inolvidable leyenda retumbando en la memoria, los Cojines del Zaque, el Pozo de Donato, el histórico puente de Boyacá, donde se llevó a cabo la bata la que selló la independencia del país el 7 de agosto de 1819; en ese espacio también se dio el célebre encuentro entre Gonzalo Jiménez de Quesada, Sebastián de Belalcázar y Nicolás de Federmann en 1538. En agricultura, por lo demás, se destacan los cultivos de papa, maíz, trigo, cebada o soya.”

“En el departamento de Nariño hay altas temperaturas, lluvias abundantes y una vegetación exuberante. Los destinos turísticos son variados: el vibrante Santuario de Las Lajas, la apacible y hermosa laguna de la Cocha, la turbadora isla La Corota, el rígido nevado y la laguna de Cumbal, el auténtico nudo de los Pastos, las saludables aguas termales de ipiales y La Cruz, la ventajosa isla de Tumaco, la venerable playa de Bocagrande, el imperturbable Parque Nacional Natural de Sanquianga y los ya renombrados santuarios de flora y fauna Galeras. En su gastronomía sobresalen los hervidos, el jugo de frutas con agua de arroz, el bizcochuelo nariñense, el mostachones, el ají de queso, las empanadas de añejo, los lapingachos, el cuy o el lomo biche encebollado. Como es tradicional, en la primera semana de enero se celebra el Carnaval de Blancos y Negros.” 

“El Valle del Cauca ha sido cuna de grandes artistas: Omar Rayo, Enrique Buenaventura, Gustavo Álvarez Gardeazábal, Andrés Caicedo o Jorge Isaacs. El siguiente fragmento de Érase una vez Colombia (Villegas Editores), de William Ospina, describe bien la topografía del departamento: "Así llega el descenso hacia el Valle del Cauca, otra vez a la luz violenta del trópico, anchas llanuras cortadas a lo lejos por el muro azul y remoto de los farallones del oeste, la cordillera vertical de paredes de basalto detrás de la cual se agitan las tormentas del Pacífico. Este es el valle de la María de Jorge Isaacs, que no es sólo el relato de un amor romántico, sino una descripción minuciosa de lo que fueron los paisajes de esta región de América a finales del siglo XIX, de lo que era la vida de las grandes haciendas, de sus campesinos, los azares de la cacería de los tigres, la lucha de los seres humanos en la desaforada naturaleza, los jinetes que cruzan a medianoche los ríos crecidos, los que descienden por los cañones del río Dagua, entre enormes peñascos, musgos, helechos y aguas purísimas, viniendo a buscar el valle desde el muelle escondido de Buenaventura, el principal puerto sobre el Pacífico".

“En el Huila, entre muchas otras maravillas, se encuentra el opulento Parque Arqueológico de San Agustín, uno de los más importantes espacios arqueológicos de Colombia y declarado por la Unesco como patrimonio de la humanidad en 1995. En este departamento, además, están el Parque Nacional Natural Puracé, el Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, la admirable represa de Betania, el venturoso y sosegado desierto de la Tatacoa y el temperamental nevado del Huila. Por su parte Tolima se puede vanagloriar de ser la región musical de Colombia: ahí están las fiestas de San Pedro en el Espinal, de San Juan en Natagaima y el Festival Folclórico Colombiano y el Concurso de Duetos Garzón y Collazos en Ibagué.”

“El departamento de Santander, por otro lado, cuenta con una economía basada en el petróleo, el oro y la energía eléctrica. Entre los lugares turísticos más representativos están Barichara con las fachadas blancas de sus casas y sus atardeceres encendidos, dignos de una postal absoluta en homenaje a la antigua belleza colonial, el discreto encanto de San Gil, el impetuoso y atemorizador cañón del Chicamocha y el nudo de Santurbán, que luego se convierte en la serranía de los Motilones. De su culinaria vale la pena mencionar las hormigas culonas, el mute, los tamales, el cabrito o la pepitoria.”

“Desde el punto de vista geográfico, hablar de Antioquia es hablar de montaña: 80% de su territorio es extremadamente montañoso; Medellín, no en vano, ha sido llamada Capital de la Montaña. Sin embargo, el 20% restante del territorio está conformado por áreas planas. El inmenso valle de Aburrá, el magnético altiplano de Santa Rosa de Osos, el atractivo valle de Rionegro, el estratégico y exuberante Parque Nacional Natural Paramillo y el moderadamente pintoresco Parque Nacional Natural Las Orquídeas hacen parte de su atractivo turístico.”

“Como factores de desarrollo de su economía se pueden mencionar la minería, la ganadería vacuna y los servicios financieros. Adicionalmente, la producción y distribución de energía eléctrica, las minas de oro, carbón y platino y la industria textil complementan su potencial económico. Una panorámica del aeropuerto José María Córdova sin contar el metro y el metrocable de la capital antioqueña sería apenas una buena muestra de los sistemas de transporte que posee.”

“De los muchos artistas nacidos en esa tierra, se podrían recordar los nombres de Fernando Botero, Débora Arango, Rodrigo Arenas Betancourt, Baldomero Sanín Cano, Estanislao Zuleta o Manuel Mejía Vallejo, entre muchos otros. Los bambucos, pasillos, valses criollos y canciones, así como un amplio repertorio latinoamericano de tangos, boleros y rancheras,

se suman al repertorio musical de la región. Asimismo, el Teatro Metropolitano de Medellín, el Teatro Pablo Tobón Uribe, el Teatro Porfirio Barba Jacob señalan claramente su vitalidad en este campo de las artes.”

“En este punto, el recorrido llega entonces a la región Pacífica. Ubicada hacia el occidente y dividida en dos gigantescas zonas marcadas por el cabo Corrientes, esta región limita al norte con Panamá, al sur con Ecuador, al oriente con la cordillera Occidental de los Andes y al occidente con el océano Pacífico, del que toma su nombre. Posee una gran riqueza ecológica, hidrográfica, minera y forestal. Predominan en el relieve las animosas serranías del Baudó y el Darién, además de los valles de los ríos Atrato, Baudó y San Juan, reconocidos por su caudal poderoso.

Con un clima tropical húmedo, la temperatura oscila entre 28 y 32 °C. Los frecuentes vientos que llegan del Pacífico cargados de humedad, que chocan contra la cordillera Occidental y producen precipitaciones fluviales, han situado a la región del Pacífico como una de las más lluviosas del planeta; en el Chocó llueve durante dos terceras partes del año; esas precipitaciones aumentan el caudal de los ríos y crean una vegetación de selva ecuatorial.”

“El Chocó, por lo demás, es el único departamento colombiano con costas en el océano Pacífico y el océano Atlántico. Compuesto por negros o afrocolombianos en su mayoría, cuenta con tres importantes parques naturales de indescriptible valía: Katíos, Utría y Tatamá. Dentro de los lugares turísticos más llamativos para los extranjeros se encuentran Nuquí, Quibdó y Bahía Solano, cuyo contrastante colorido se graba en la memoria de los visitantes. En este mismo sentido vale la pena mencionar lugares tan memorables, con una perfecta dosis de belleza natural, como bahía Humboldt, cabo Corrientes, el Alto Puna o el Tapón del Darién, que fue reconocido por la Unesco en 1983 como patrimonio de la humanidad y reserva de la biosfera en virtud de su riqueza forestal, animal e hídrica.”

“En el ámbito musical, las comunidades negras del Pacífico cuentan con dos destacadas manifestaciones: la chirimía, en el Chocó, y el conjunto de marimba, en el sur del litoral, que tiene una fuerte influencia europea, con rasgos particulares, tanto rítmicos como instrumentales, de la música africana. En el terreno gastronómico, el sancocho de pargo en leche de coco, el sancocho de gallina criolla o el róbalo a la milanesa, hacen parte de los platos típicos de la zona, sin olvidar el famoso jugo de borojó, fruta insigne del Chocó.”

“Continuando con el recorrido, aparece ahora la crucial región de la Orinoquia, que abarca básicamente las llanuras orientales del país. Con una economía basada en la ganadería y la extracción de petróleo, esta región jugó un papel determinante en las luchas independentistas. Uno de sus mayores emblemas es la eximia serranía de la Macarena, que fue la primera reserva natural nacional establecida por ley de la república en 1948 y se constituyó en Parque Natural en 1971. Debido a su altura, la serranía tiene varios pisos térmicos y es un punto privilegiado donde convergen la fauna y la flora de la Amazonia, la Orinoquia y los Andes; la inigualable y abundante biodiversidad ha dado como resultado numerosas especies endémicas.” 

“Las exóticas selvas húmedas, los bosques y los matorrales -densos y claros, con una luminosidad llamativa-, configuran su apasionante ecosistema. Internacionalmente conocida por la extraordinaria riqueza de caño Cristales, la sierra cuenta con maravillosas cascadas y con incomparables raudales. Angostura, en el río Guayabero, y caño Cafre, en cuyos bordes rocosos abundan los petroglifos.”

“Los Llanos Orientales, por su parte, es una vasta región localizada en la cuenca del río Orinoco. Es considerado como uno de los ecosistemas más importantes del mundo, con dos estaciones marcadas -la estación de lluvia y la de sequía. Caracterizada por sus extensas sabanas y su clima intertropical, la importancia económica de los llanos radica en la calidad de los terrenos, aptos para la ganadería extensiva y para la agricultura. El escritor Getulio Vargas Barón, en "Amanecer llanero", la describe así: "Llanura amorosa, diosa del misterio, concubina del silencio, el sol te baña en luz cuando amanece el día y en la hora del crepúsculo deposita su amoroso ósculo de colores en el verde esmeralda de tus sabanas, para confundirse en la quietud augusta de la noche, vigilada desde el infinito, por la luna de la esperanza celosa". Precisamente el llanero -palabra que se deriva de los llanos- es la figura asociada con el jinete que se dedica al cuidado del ganado en las grandes haciendas de la región; dicha ocupación se remonta a los tiempos de la Independencia.” 

“En las llanuras, cuya mezcla de colores no tiene parangón, la valentía del hombre llanero se convierte en la memoria de la patria. El joropo baile popular de los llanos de Colombia y Venezuela se caracteriza por el movimiento rápido, a ritmo ternario, con una leve referencia al vals. Indudablemente, representa la forma expresiva más genuina de las manifestaciones de la música colonial. Aunque es la zona menos poblada del país, la compleja región Amazónica comprende 29% del territorio nacional. A su vez, hace parte de la gran región

Suramericana de la selva amazónica, la más extensa zona forestal del mundo, compartida por Venezuela, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.” 

“Entre los ríos más relevantes se encuentran el río Inírida, cuya llamativa desembocadura queda en el departamento del Guainía; al desembocar en el río Guaviare, sus aguas pierden el color oscuro producido por residuos vegetales y adquieren un color amarillento.

Con un territorio profusamente cubierto de selva, cruzado por ríos largos y caudalosos, con incontables lagunas y zonas pantanosas, el departamento del Amazonas cuenta con una gran riqueza étnica en virtud de las culturas amerindias que resistieron los tiempos de la Conquista y la Colonia.”

“Dentro de lo más afortunado de su relieve -verdaderas postales con un constante brillo excepcional- se pueden mencionar los fantásticos cerros Cumare y Otare, la exultante sierra de Chiribiquete, la prodigiosa serranía de San José y el solemne Parque Nacional Natural Amacayacu. En relación con su gastronomía, la variedad es tan amplia como exquisita: capón de ahuyama, pan de arroz, asaduras, picadillo y el ya clásico guarapo.”

“El pescado, en sus distintas formas, va acompañado por la fariña harina de yuca que constituye la dieta indígena, la aguadepanela y la chicha de plátano. Pero eso no es todo. Hay más, mucho más: el casabe, el guiso de tortuga de río -con papas, yuca, tomates, cebolla y hojas de cilantro-, las bolitas de pirarucú o el caimarón. En esta región, la mujer utiliza una falda a media pierna florida y blusa blanca con cinturones y collares autóctonos; los hombres usan trajes de pescador, pantalones blancos y camisa de color también con collares hechos a mano.”

“El recorrido por Colombia podría continuar, desde luego. De hecho se podría convertir en un viaje absolutamente interminable. No obstante, el que se ha emprendido en estas páginas -hay, por supuesto, numerosos lugares y destinos turísticos que han sido omitidos por una cuestión de espacio- tiene la modesta pretensión de querer abarcarlo todo; o, al menos, de abarcar lo más representativo de la exclusiva geografía colombiana. En este punto, pues, debe terminar el recorrido. No sobra decir que en el camino han quedado impactantes representaciones de la diversidad colombiana, todas con sus respectivas características, con sus diversos climas, olores y sabores, con los colores representativos de la interminable riqueza cromática del territorio nacional. A lo mejor, se ha cumplido ya con un aspecto fundamental: recopilar la experiencia necesaria para la elaboración de la gran obra de arte.”

“Ahora todos podrán elaborar -en una representación mental tan íntima como entrañable- el gran fresco mencionado al principio.”

Giraldo, Juan David y Jaramillo, Carolina; “Colombia es Color”; 2008; Villegas Editores, Introducción.

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